El Ser que te anima y que fue creado años o siglos atrás pará un propósito. Él es luz, proyéctalo en una pantalla que surge ante ti y reconócelo. Pídele abrir los canales de comunicación en esta vida para identificar su plan divino, su propósito, sus fortalezas. Pregúntale qué haces aquí y donde están las otras unidades de tu propio ser evolucionando. Pide conocer las almas que han ganado luz de tu unidad y cómo puedes ayudar a las que la necesitan. Haz un llamado a lo alto para unificar los bancos de luz de tus cuerpos sutiles.
Meditación. Visualiza un poderoso rayo emitiendo luz en tu garganta y en la parte posterior de tu cuello. Siente el poder de tu palabra y tu derecho a expresarte libremente y ser escuchado. Pon amor y compasión en tu voz y déjalos salir por la boca. Visualizate comunicando como un grupo de personas afuera, que te rodean, que te comprenden y apoyan. Si hay alguna devoción es parte de tu red de luz. Imagínate feliz, saludable y pleno, con abundancia para todos tus planes y con la energía suficiente para lo que deseas hacer.
Desarrolla la actitud más positiva y la mayor felicidad y alegría que puedas atraer a ti y así como tú sientas otros te ayudan a sentir.
Visualiza una flor. Ésta representa tu naturaleza interior.
Un árbol el cual simboliza tu fortaleza y voluntad.
Un animal que representa la energía física.
Trata de concentrare en tu frente, lleva los símbolos a ese centro.
La flor describe tu naturaleza emocional, el árbol tú fuerza espiritual y el ánimal tu vitalidad física. Refleja las cualidades de esos símbolos y dorsal de intención para activa la esencia interior que te anima, la cual representa tu espíritu. Recuerda tu belleza interior.
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6.11.07
Como comunicarte con tu cuerpo espiritual.
Respira profundo y lleva la luz al chacra del corazón. Permita que la luz irradie cada partícula infinitesimal de tu centro cardíaco. Haz que la fuerza de ésa luz abrá tu corazón y encuentre en su interno la llama trina con el suave tono rosa del amor, el radiante color dorado de la sabiduría y el hermoso color azul del poder divino. Identifícate con esa fuerza y reconoce que allí radica la esencia divina y su vibración mayor es el amor para ejercer el poder con sabiduría.
Siente como tu corazón irradia energía amorosa y compasiva e inundado por sus efluvios dialoga con él. Estás bajo el poder del Padre y tienes acceso a su sabiduría y a su amor incondicional. Acaricia al niño o niña interior, bésalo, abrázalo, dale todo el amor que necesita para amarse y amar a todo lo que existe en la naturaleza.
Estás en un estado profundo de conciencia donde conoces la esencia del perdón, perdónate repitiendo: Yo (su nombre) Soy bendito; y perdona a los que agraviaron diciendo fulano de tal es bendito.
Meditación. Toma una respiración suave y siente la energía cálida que rodea tu corazón. ¿Es pesada y dura?; ¿Sientes tú corazón apretado y congestionado?; ¿Está liviano y suave? Escucha la voz interior que te dice; yo abro mi corazón al amor. Yo seleccionó amar. Siente tu corazón expandir el amor a través del tiempo. Confía que tu experiencia en esa energía de amor es real. A mayor confianza y entusiasmo esta se vuelve parte de tu vida. Siente que expandes el banco de luz de tu cuerpo espiritual.
Siente como tu corazón irradia energía amorosa y compasiva e inundado por sus efluvios dialoga con él. Estás bajo el poder del Padre y tienes acceso a su sabiduría y a su amor incondicional. Acaricia al niño o niña interior, bésalo, abrázalo, dale todo el amor que necesita para amarse y amar a todo lo que existe en la naturaleza.
Estás en un estado profundo de conciencia donde conoces la esencia del perdón, perdónate repitiendo: Yo (su nombre) Soy bendito; y perdona a los que agraviaron diciendo fulano de tal es bendito.
Meditación. Toma una respiración suave y siente la energía cálida que rodea tu corazón. ¿Es pesada y dura?; ¿Sientes tú corazón apretado y congestionado?; ¿Está liviano y suave? Escucha la voz interior que te dice; yo abro mi corazón al amor. Yo seleccionó amar. Siente tu corazón expandir el amor a través del tiempo. Confía que tu experiencia en esa energía de amor es real. A mayor confianza y entusiasmo esta se vuelve parte de tu vida. Siente que expandes el banco de luz de tu cuerpo espiritual.
4.11.07
Comunicándote con tu cuerpo mental.
Respira lenta y profundamente. Pide al Universo poder para comunicarle compasión y amor al centro del plexo solar.
Visualiza el poder como un rayo azul (el poder del amor divino) entrando por el centro del plexo solar, dandote seguridad y confianza y afirmandote, continuamente: “yo me amo, yo me amo, yo me amo”.
Pregúntale a tu cuerpo mental, cómo puedes comunicarte con él para lograr la paz mental que necesitas y el alerta para poder crear una relación especial con los otros cuerpos y con Dios.
Meditación; Mientras repites esto a tu cuerpo mental, encuentras un hermoso sendero que conduce a una montaña alta. Tu deseas subir la montaña para encontrar un anciano sabio que vive allí. A medida que esto es por ese camino escabroso, jadeas te sientes sofocado(a) hasta llegar a un pequeño templo iluminado. Allí encuentras a un anciano sabio sentado en meditación. Te sientas frente a él, esperando que te reconozca y sientes mucha paz. Todo el cansancio y la sofocación desaparecen.
Entras en un estado de meditación profunda, disfruta tu camino al Ser que radica profundamente dentro de ti. Cuando abres los ojos te das cuenta que estás sólo en ese templo. Rápidamente te percatas que el sabio que tu viste y del que esperabas todas las respuestas que buscabas está dentro de ti. Das las gracias y bajas de la montaña con un alerta nuevo.
Reinicias tu vida con un conocimiento nuevo y profundo de ti. Disfruta el sentir de reclamar tu valor y que te mereces lo mejor de toda las cosas.
Tu vida te provee satisfacción y te sientes apoyado para dar lo mejor de ti. Afírmate: Yo me amo. Yo estoy fortalecido de la aceptación de mi Ser. Yo valoro quien Soy. Yo comparto mi naturaleza dulce y gentil. Yo valoró mi Yo y conozco que es lo mejor de mí. Yo estoy cambiando a una mejor persona que puedo ser. Yo defiendo el sentido de crecimiento de Mi Ser. Yo acepto responsabilidad por todo los deseos que tengo en mi vida. Yo me honro y trato a mi Ser con respeto yo tengo el poder de remover a mí Ser de toda situación negativa y de abuso que me haga daño. Yo soy el que tomo las decisiones principales en mi vida. Así, como yo poseo mi poder, reconozco a la fortaleza y belleza de quien yo soy. Y valoro todo lo bueno y las cosas maravillosas que deseo. Yo me sano y me crezco cada día. Yo le permito a mí Ser, ser más fuerte y poderoso cada día.
Como yo he construido un Yo positivo. Yo amo y comparto todo los aspectos de mi Yo. Yo rechazo permitir que otros proyecten su negatividad en mi. Yo soy dueño de mi persona y libre para relacionarme con lo mejor para mí.
Visualiza el poder como un rayo azul (el poder del amor divino) entrando por el centro del plexo solar, dandote seguridad y confianza y afirmandote, continuamente: “yo me amo, yo me amo, yo me amo”.
Pregúntale a tu cuerpo mental, cómo puedes comunicarte con él para lograr la paz mental que necesitas y el alerta para poder crear una relación especial con los otros cuerpos y con Dios.
Meditación; Mientras repites esto a tu cuerpo mental, encuentras un hermoso sendero que conduce a una montaña alta. Tu deseas subir la montaña para encontrar un anciano sabio que vive allí. A medida que esto es por ese camino escabroso, jadeas te sientes sofocado(a) hasta llegar a un pequeño templo iluminado. Allí encuentras a un anciano sabio sentado en meditación. Te sientas frente a él, esperando que te reconozca y sientes mucha paz. Todo el cansancio y la sofocación desaparecen.
Entras en un estado de meditación profunda, disfruta tu camino al Ser que radica profundamente dentro de ti. Cuando abres los ojos te das cuenta que estás sólo en ese templo. Rápidamente te percatas que el sabio que tu viste y del que esperabas todas las respuestas que buscabas está dentro de ti. Das las gracias y bajas de la montaña con un alerta nuevo.
Reinicias tu vida con un conocimiento nuevo y profundo de ti. Disfruta el sentir de reclamar tu valor y que te mereces lo mejor de toda las cosas.
Tu vida te provee satisfacción y te sientes apoyado para dar lo mejor de ti. Afírmate: Yo me amo. Yo estoy fortalecido de la aceptación de mi Ser. Yo valoro quien Soy. Yo comparto mi naturaleza dulce y gentil. Yo valoró mi Yo y conozco que es lo mejor de mí. Yo estoy cambiando a una mejor persona que puedo ser. Yo defiendo el sentido de crecimiento de Mi Ser. Yo acepto responsabilidad por todo los deseos que tengo en mi vida. Yo me honro y trato a mi Ser con respeto yo tengo el poder de remover a mí Ser de toda situación negativa y de abuso que me haga daño. Yo soy el que tomo las decisiones principales en mi vida. Así, como yo poseo mi poder, reconozco a la fortaleza y belleza de quien yo soy. Y valoro todo lo bueno y las cosas maravillosas que deseo. Yo me sano y me crezco cada día. Yo le permito a mí Ser, ser más fuerte y poderoso cada día.
Como yo he construido un Yo positivo. Yo amo y comparto todo los aspectos de mi Yo. Yo rechazo permitir que otros proyecten su negatividad en mi. Yo soy dueño de mi persona y libre para relacionarme con lo mejor para mí.
Comunicándote con tu cuerpo emocional.
En el chacra del sacro siente la fuerza del amor y disfrute de la vida, de bienestar y salud, de sexualidad y la prosperidad y la abundancia en este cuerpo. Llena de energía líquida ese espacio (ese lugar está cargado de cuantas que saltan de onda a molécula, creando confusión en todo ser. Háblale amorosamente a tu cuerpo emocional, hazle saber de su poder para recuperar la confianza en lograr el balance deseado. Pregúntale a tu cuerpo emocional, qué debes darle o qué necesita superar para lograr ese balance. Coloca un espejo frente a tus ojos y mira profundamente dentro de él. Acepta tú belleza propia. Mira a tu Yo por unos momentos y comienza a abrirte al amor y aprobación, con el más ardiente deseo. Dale esto a tu Yo ahora. Ámate graciosamente como lo ves en tus ojos y dile a tu Ser cuanto lo amas, tanto como Dios lo hace.
Comunícale; “Mi querido cuerpo emocional, yo te amo y te honro y reconozco tus necesidades”. Estoy creando una forma mejor de hacerlo y sé como.
Yo te cuido. Estoy alerta a ti y te amo incondicionalmente. Tú no tienes otro amor o eres otra cosa que lo que eres para mí para amarte.
Cuando le hayas dado el amor con los ojos, medita tranquilamente y permite que esos sentimientos que le has dado te den una sensación de dicha y alegría.
Selecciona un color que exprese el amor que sientes por ti y permite que te cubra, sintiendo el calor que es la luz de tu propio amor.
Comunícale; “Mi querido cuerpo emocional, yo te amo y te honro y reconozco tus necesidades”. Estoy creando una forma mejor de hacerlo y sé como.
Yo te cuido. Estoy alerta a ti y te amo incondicionalmente. Tú no tienes otro amor o eres otra cosa que lo que eres para mí para amarte.
Cuando le hayas dado el amor con los ojos, medita tranquilamente y permite que esos sentimientos que le has dado te den una sensación de dicha y alegría.
Selecciona un color que exprese el amor que sientes por ti y permite que te cubra, sintiendo el calor que es la luz de tu propio amor.
Meditación para comunicarte con el cuerpo etérico.
Tomas respiraciones completas y visualiza la luz irradiando intensamente y moviéndose en ondas por todo el etérico. Piensa que este cubre el cuerpo físico con entradas y salidas energéticas por los chacras.
Pon toda tu intención amorosa y compasiva y comienza a relacionarte con ese cuerpo activando tu banco de luz desde la cabeza hasta la base. Entrando por la corona y saliendo por el tercer ojo, entrando con la garganta y saliendo con el corazón, entrando por el plexo y saliendo por el sacro, entrando por la base. Mueve ahora la energía hacia la espalda entrando por el sacro saliendo por el plexo, entrando por el pecho y saliendo por la garganta entrando por el tercer ojo y subiendo hacia la corona. Ahora siente el estremecimiento de todo ese cuerpo con una carga adicional de iones positivos.
Háblale con amor a tu chacras y refuerza su carga positiva de luz. Conéctate con la tierra y la estrella de tu alma y visualiza ahora que toda emoción, sentimiento, pensamiento o idea y toda energía que no sea de luz va saliendo de tu cuerpo etérico hasta que éste fortalezca su carga energética positiva. Deja salir el miedo, la culpa, la vergüenza, y el resentimiento. Visualiza tu cuerpo etérico como luz radiante y los chacras situados en él con todos sus colores luminosos, conectados, alineados y fluyendo armoniosamente.
Ahora puedes preguntarle a tu etérico como, mantener una comunicación amorosa y compasiva con él, para mantener tu cuerpo físico saludable y el balance adecuado con los demás cuerpos.
Pon toda tu intención amorosa y compasiva y comienza a relacionarte con ese cuerpo activando tu banco de luz desde la cabeza hasta la base. Entrando por la corona y saliendo por el tercer ojo, entrando con la garganta y saliendo con el corazón, entrando por el plexo y saliendo por el sacro, entrando por la base. Mueve ahora la energía hacia la espalda entrando por el sacro saliendo por el plexo, entrando por el pecho y saliendo por la garganta entrando por el tercer ojo y subiendo hacia la corona. Ahora siente el estremecimiento de todo ese cuerpo con una carga adicional de iones positivos.
Háblale con amor a tu chacras y refuerza su carga positiva de luz. Conéctate con la tierra y la estrella de tu alma y visualiza ahora que toda emoción, sentimiento, pensamiento o idea y toda energía que no sea de luz va saliendo de tu cuerpo etérico hasta que éste fortalezca su carga energética positiva. Deja salir el miedo, la culpa, la vergüenza, y el resentimiento. Visualiza tu cuerpo etérico como luz radiante y los chacras situados en él con todos sus colores luminosos, conectados, alineados y fluyendo armoniosamente.
Ahora puedes preguntarle a tu etérico como, mantener una comunicación amorosa y compasiva con él, para mantener tu cuerpo físico saludable y el balance adecuado con los demás cuerpos.
Meditaciones para comunicarse con los cuerpos sútiles.
Los cuerpos sutiles son los elementos costitutivos de nuestro interno, unidos a nuestra consciencia o sabiduría espiritual.
Meditación: Baja al nivel alfa respirando en forma completa y soltando tu cuerpo. Reconoce a nivel de tu conciencia que eres todo energía o luz, esencia o irradiación compasiva.
El alerta de este estado de conciencia te permite ver con los ojos del alma todo tu cuerpo físico. Ausculta su estado energético (saludable o no) y actúa sobre él. Para lograr esto activa su banco de luz; respirando en forma completa, poniendo los dedos del medio y pulgar unidos y atrayendo al área de tu corazón la luz.
Cuando sientas la luz en tu corazón, recorre tu cuerpo y hablale con amor a todos los órganos y sistemas. Acaricia tu corazón con dulzura. Pídele que manifieste su fuerza de amor y usa esa fuerza divina para liberarlo de dolor, resentimientos y todo sentimiento que no sea sentir amor. Percátate que estás sintiendo con los sentidos interiores.
Con esa energía amorosa hablale compasivamente a tu sistema hormonal y acaricia todas las glándulas desde la pineal y la pituitaria, las glándulas del cuello, las glándulas del pecho, y las del vientre hasta las gónadas. Continúa hablándole con amor y exaltando su motivación a funcionar de manera excelente a todos los sistemas físicos de tu cuerpo y acariciando sus órganos principales, no olvides la piel y sistema nervioso.
Este trabajo hazlo respirando con respiración completa lenta y profunda.
Es posible que encuentres algun órgano lesionado por emociones o pensamientos o por entidades negativas. Háblale con la fuerza del amor y la compasión de borrar esas huellas que no caben en el amor divino.
Al finalizar esta tarea recréate sintiendo tu cuerpo físico vibrando en energía compasiva. Ahora sabes que puedes comunicarte con tu cuerpo físico cuando lo desees. Pide a los Maestros de Luz que durante el sueño activen cada vez más los bancos de luz de tu cuerpo físico.
Meditación: Baja al nivel alfa respirando en forma completa y soltando tu cuerpo. Reconoce a nivel de tu conciencia que eres todo energía o luz, esencia o irradiación compasiva.
El alerta de este estado de conciencia te permite ver con los ojos del alma todo tu cuerpo físico. Ausculta su estado energético (saludable o no) y actúa sobre él. Para lograr esto activa su banco de luz; respirando en forma completa, poniendo los dedos del medio y pulgar unidos y atrayendo al área de tu corazón la luz.
Cuando sientas la luz en tu corazón, recorre tu cuerpo y hablale con amor a todos los órganos y sistemas. Acaricia tu corazón con dulzura. Pídele que manifieste su fuerza de amor y usa esa fuerza divina para liberarlo de dolor, resentimientos y todo sentimiento que no sea sentir amor. Percátate que estás sintiendo con los sentidos interiores.
Con esa energía amorosa hablale compasivamente a tu sistema hormonal y acaricia todas las glándulas desde la pineal y la pituitaria, las glándulas del cuello, las glándulas del pecho, y las del vientre hasta las gónadas. Continúa hablándole con amor y exaltando su motivación a funcionar de manera excelente a todos los sistemas físicos de tu cuerpo y acariciando sus órganos principales, no olvides la piel y sistema nervioso.
Este trabajo hazlo respirando con respiración completa lenta y profunda.
Es posible que encuentres algun órgano lesionado por emociones o pensamientos o por entidades negativas. Háblale con la fuerza del amor y la compasión de borrar esas huellas que no caben en el amor divino.
Al finalizar esta tarea recréate sintiendo tu cuerpo físico vibrando en energía compasiva. Ahora sabes que puedes comunicarte con tu cuerpo físico cuando lo desees. Pide a los Maestros de Luz que durante el sueño activen cada vez más los bancos de luz de tu cuerpo físico.
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